Charlotte no canta, no escribe, no habla. Se rinde ante el silencio. Las palabras o el lenguaje no parecen tener ningun papel en su mecanismo de pensar. Se siente feliz, lo suficientemente afortunada como para perderse como pintora-poeta, sabe que su verdadera escensia inmutable, proviene del mundo invisible que le ofrese una imagen de eterna realidad.
Charlotte no existe en el tiempo, si no que el tiempo existe en ella. Llena el espacio de una hoja en blanco con un espiritu mas grande que uno mismo, extendiendo la mente hasta un reino inaccesible por el proceso convensional de la razon. La naturaleza intima de la conciencia es su punto de partida.
Charlotte no cuenta con la capacidad de resolver el misterio del Arte de una forma absoluta, no obstante se inclina a creer que esta a punto de poner las manos en lo divino
Charlotte no canta, no escribe, no habla, se rinde ante el silencio...
Denisse*
