Persona (1966) en manos del Maestro Sueco Ingman Bergman. Un estracto de la escena entre Elisabeth y su Psiquiatra.
La película comienza y acaba con un aparato de proyecciones y un conjunto de imagenes se suceden, aparentemente ajenas a la historia que despues comienza. Podriamos analizarlas y seguramente encontrar un simbolismo en cada parte de este preludio, pero quizas pecariamos de buscar donde no hay o de intentar generalizar en una cuestion que el director comprendio como dialogo individual con cada espectador. Y es que Persona tambien busca esa complicidad del que mira. El espectador tiene que darle sentido a la imagen, no simplemente asimilar sino analizar, trabajar, construir su propio discurso. No hay una verdad. No se distingue entre realidad o imaginacion, sino que se deja abierta la ventana a la interpretacion. Es una pelicula que insinua. Su irracionalidad invita al dialogo, al pensamiento, a la implicacion.
Lo que esta claro es que Persona bebe de Bergman igual que Elisabeth bebe de Alma. El proceso vampirico del que tanto se ha hablado podria ser un reflejo de la relacion de Bergman con su vida profesional, que es al mismo tiempo la terapia de sus fantasmas interiores y la causante de sus problemas de salud. Paciente y medico son roles que se difuminan, se intercambian, se confunden. La enfermera que habla, la enferma que escucha.
En el texto La piel de la serpiente manifiesta el autor la preocupacion sobre el Arte, que tambien quedara plasmada en la pelicula. ¿Sirve el arte para algo mas que para la realizacion del artista? ¿Cuál es la funcion que hay detras de cada acto creador o que es lo que nos mueve a realizarlo? Bergman sintetiza admitiendo que detras de cada película hay una necesidad de hacerla, pero no es mas que una necesidad personal, individual, incluso egoista del propio autor. Esta reflexion marcara un cambio en su cinematografia que a partir de ahora intentara buscar una mayor implicacion con los problemas politicos y sociales de su entorno.
En la figura de Elisabeth tambien encontramos esto. Su mutismo y reclusion voluntarios necesitan, como bien indica Alma, de una envidiable fuerza personal pero al mismo tiempo de un alto grado de egoismo, un cerrarse ante la realidad, ante la vida que se filtra por cada rincon. Elisabeth prescinde de lo prescindible ante la consciencia de la nada, anteponiendo el silencio a la mentira, el ser al parecer; pero al intentarlo acaba metiendose en otro papel, el de la indiferencia.
Alma en cambio se nos muestra mas debil, indefensa, cumpliendo un papel que asume sin quejas como si fuera un destino que no vale la pena cambiar. Se refugia en su bondad, subestima sus capacidades ante las de la artista por la que siente gran admiracion. Se limita a ser escuchada, a hablar, hablar, sacar… pero llega a sacar tanto que se pierde. Se pierde ella y nos perdemos nosotros como espectadores. Comienza ahora la confusion. Hasta este momento los roles estaban claros, pero con gran sutilidad se van contaminando la una de la otra. El silencio se convierte en el arma de dominacion, una dominacion espontánea, imprevista, que fluye naturalmente.
Este proceso de simbiosis se caracteriza por la perfeccion visual y tematica. La fotografia de Sven Nykvist, clasico colaborador, de contrastados blancos y negros, planos estudiados, profundidad de campo… culmina con la conocida union de los rostros de las actrices. Precisamente el rostro cobra vida en Persona, en la que como en otras películas de Bergman nos habla directamente a nosotros, nos mira, nos toca, se desnuda. Asi tambien el trabajo de Bibi Andersson y Liv Ullmann es imprescindible en el resultado final. Hay tambien mucho de ellas en Alma y Elisabeth, asi como acaba habiendo mucho de Elisabeth en Alma y viceversa.
Este proceso de simbiosis se caracteriza por la perfeccion visual y tematica. La fotografia de Sven Nykvist, clasico colaborador, de contrastados blancos y negros, planos estudiados, profundidad de campo… culmina con la conocida union de los rostros de las actrices. Precisamente el rostro cobra vida en Persona, en la que como en otras películas de Bergman nos habla directamente a nosotros, nos mira, nos toca, se desnuda. Asi tambien el trabajo de Bibi Andersson y Liv Ullmann es imprescindible en el resultado final. Hay tambien mucho de ellas en Alma y Elisabeth, asi como acaba habiendo mucho de Elisabeth en Alma y viceversa.
Cada escena es merecedora de un analisis exhaustivo que ya otros han llevado a cabo y que desde mi ignorancia prefiero evitar. Desde esa misma ignorancia me ha acercado a Bergman y como me ha cautivado! Y precisamente si decido callar aqui es porque creo que lo que personalmente me ha transmitido son mas sensaciones que ideas. Emociones que no vienen de la razon, sino de un lugar mas desagradable, mas de verdad, mas sincero, y que por lo tanto desvalorizaria si intentara plasmar en palabras.
-Rescatado
Denisse*
