Recuerdo...

si , así parece...no hay recuerdo que en su sigiloso silencio no estremezca el vacío de mil sueños que con el tiempo se han desvanecido...no hay canción ni palabras, no queda mas que el sonido de una hoja seca quebrantarse en pleno otoño, que con el paso del tiempo a perdido color...se acaba el aroma de una madrugada frágil...sonrisas que envejecen la juventud de una lagrima, derrotas llenas de libertad, furia agonizante de mil noches sin estrellas, desérticos interrogatorios en unión de una duda a una razón...confrontar la piel y el alma en un solo rincón, sin prejuicios ni emociones, colgar de una respuesta ambigua a la vida...glorias pasajeras, camino sin recorrer, huellas en un mar de oscuridad...

Oprimida el alba, vestida de una inmensa cumbre estrellada que deshoja la mitad de mi vida y el resto de una eterna muerte asechada al cantar del silencio...una espaciosa mano que apega el navegante en su transitorio y dormido gemir, viento escrito en primaveras, deshabitada lluvia abrumadora que espero en el balcón vestida en pulpa de huesos donde no es mas frágil un vaso de cristal que los surcos de mi ciego cuerpo...

A penas se cierra la dulzura de un atardecer en vespertinas enredaderas entre el rostro de aquellas vagas calles, inclinando sobre el fuego largas lenguas de agua al palpito del vapor, enterrado en el frío y desde el fondo de los sollozos de una promesa sin cumplir deja a cuestas el brillo de la luna, que solo ciegos ojos pueden admirar...y gritando por la brisa de la tarde el color de mi alma arrastra mi viuda voz hacia confines impenetrables...dulzor de labios y sueños solitarios...

Y hay que volar a cada instante...no bastan zapatos rotos y un camino, las tierras errantes parecen transitorias, pero en confines lejanos el mundo aprieta de golpe los pies cansados que brotan entre mis manos...esclavos en el vasto cielo, donde en mis propias ruinas mis tristezas caminan tiñendo el albergo infinito de la ternura, el ebrio y terrible sabor de mi naufragio...

Denisse*